Repertorios bibliográficos |
OTROS: Índiçe y inventario de los libros que ay en la librería de Don Diego Sarmiento de Acuña, Conde de Gondomar, en su casa de Valladolid, hecho a último de abril de 1623, Madrid. Nacional, Mss.13594, fol. 175v.
[7]
Índice de los legajos de la Sala cuarta y razón de los papeles de varios pleitos que se han hallado en esta librería de la Casa del Sol, Madrid. Nacional, Mss. 19523, fol. 43v.
[8]
C. Manso Porto, Don Diego Sarmiento de Acuña, conde de Gondomar (1567-1626): erudito, mecenas y bibliófilo, [Santiago de Compostela], Xunta de Galicia, 1996, pág. 621.
P. Andrés Escapa y J. L. Rodríguez Montederramo, “Manuscritos y saberes en la librería del conde de Gondomar”, en El libro antiguo español. Coleccionismo y bibliotecas (siglos XV-XVIII), dirs. Mª. L. López-Vidriero y P. M. Cátedra, Salamanca, Universidad de Salamanca, 1998, pág. 35.
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Notas |
[1]
La traducción castellana de Utopía del Palacio Real carece de título y el que consta en el tejuelo del manuscrito, “La Utopía de Tomás Moro en castellano”, es ajeno al autor de la traducción, puesto que la encuadernación se llevó a cabo entre los siglos XVIII y XIX. El registro bibliográfico más antiguo en el que aparece esta traducción castellana de Utopía es el inventario de libros manuscritos del conde de Gondomar, de 1623, en el que consta como “Tomás Moro, Eutopía o República”. Este título, con toda probabilidad, tampoco se debe al autor de la traducción y acaso quepa ver en esta curiosa forma de designar la obra de Tomás Moro el influjo de la traducción italiana de Utopía escrita por Ortensio Lando y publicada en Venecia, en 1548, que se titula “La Republica nuovamente ritrovata, del governo dell’isola Eutopia [...] Opera di Thomaso Moro”. Que el título del índice de 1623 es ajeno al autor de la traducción parece confirmarlo el hecho de que en dos inventarios del siglo XVIII de los fondos que fueron de Gondomar se nombra esta traducción de modo distinto. En un catálogo de 1769 lleva el título de “Tomás Moro, su república, castellano y manusto”, mientras que en otro catálogo de los fondos que pertenecieron a Gondomar, sin fecha pero del siglo XVIII, se designa la traducción como “La república de Thomás Moro, en folio y pergamino”. Lo más parecido a un título que contiene el Ms. II/1087 de la Real Biblioteca es la traducción de los epígrafes de los libros I y II de Utopía, donde el traductor vierte parcialmente el título original de la obra de Tomás Moro (De optimo reipublicae statu deque nova insula Vtopia...) como “El buen estado de la república de Utopía” (Véase Lillo Castañ 2021, pág. LXXXVIII).
[2]
La traducción castellana de Utopía custodiada en la Real Biblioteca (Ms. II/1087) es anónima y no contiene ningún elemento paratextual complementario del texto original de Tomás Moro, como pudiera ser un prólogo o una epístola nuncupatoria del autor del traslado o bien de alguna persona de su círculo. La atribución a Vasco de Quiroga, que he defendido en varios trabajos citados en la bibliografía, se basa en la declaración del propio licenciado Quiroga, quien afirmó en la Información en derecho (1535) que había traducido la Utopía de Tomás Moro al castellano de manera literal y que adjuntaba su traslado junto con el texto de la Información en derecho. La traducción de Utopía de Vasco de Quiroga se consideraba perdida al no hallarse actualmente en el manuscrito que contiene la Información en derecho, conservado en la Biblioteca Nacional de España (Mss. 7369). Sin embargo, debido a una serie de paralelismos léxicos y a otros indicios filológicos, hay razones de peso para atribuir la anónima traducción de Utopía del Palacio Real a Vasco de Quiroga (véase Lillo Castañ, 2021, págs. LXXXI-XCIX).
[3]
El Ms. II/1087 de la Real Biblioteca no está fechado pero, como señalaron Davenport y Cabanillas (2008, págs. 110-112), debió ser escrito durante el reinado de Carlos V como Emperador del Sacro Imperio Romano (1520-1558), ya que así se infiere de un breve añadido del traductor. La datación entre 1532 y 1535 se sustenta en los datos que Vasco de Quiroga aporta sobre su traslado de la Utopía de Tomás Moro en la Información en derecho (véase Lillo Castañ, 2021, pág. XCVII).
[4]
El traslado es muy fiel al texto latino original, del que se desvía en muy pocas ocasiones. Abundan los dobletes léxicos y, muy de vez en cuando, el traductor añade glosas explicativas cuando aparece algún término poco frecuente en el castellano de la primera mitad del Quinientos, como es el caso de los vocablos proscenio, rémora y monopolio. También en contadas ocasiones el traductor inserta algún refrán o expresión castiza que confiere cierto sabor autóctono a la traducción, como ocurre en el fol. 6v del Ms. II/1087 de la Real Biblioteca: “Acreçentando tanto sus rentas que chupan a sus vasallos y renteros hasta no les dexar çera tras el oydo”; y en el fol. 11v: “El truhán escomençó a truhanear de veras porque se hallaua en su escuela, como dize el refrán: cada gallo en su muradal”. El traductor empleó como texto base la edición florentina de Utopía, publicada en 1519 por la familia Giunta (Lillo Castañ, 2021, págs. LVII-LXXII), y su traslado contiene los mismos elementos paratextuales presentes en esta edición: una epístola preliminar de Peter Giles a Jerónimo Busleyden (fols. 1r-2r); otra epístola preliminar de Tomás Moro a Peter Giles (fols. 2r-3v); y una epístola conclusiva de Jerónimo Busleyden a Tomás Moro (fols. 46v-47v). La traducción incorpora, asimismo, los dos libros de que consta la Utopía de Tomás Moro (libro I: fols. 3v-16v; y libro II: fols. 16v-46r). Se trata, por tanto, de la primera traducción vernácula completa de la Utopía de Tomás Moro, ya que la traducción al alemán hecha por Claudius Cantiuncula, impresa en 1524, en Basilea, tan solo contiene el libro II, mientras que la siguiente traducción, esta vez ya completa, es la versión italiana de Utopía de Ortensio Lando, impresa en Venecia en 1548.
[5]
Según se indica en las primeras líneas del libro I de Utopía, Rafael Hitlodeo es un marinero portugués de edad provecta, versado en literatura y filosofía clásica, con preferencia por los autores griegos antes que los latinos, y que formó parte de las expediciones de Américo Vespucio al Nuevo Mundo. El apellido de Rafael Hitlodeo, único interlocutor de Utopía que no se corresponde con un personaje histórico, es un nombre compuesto en griego que significa “el experto en sinsentidos” o “el charlatán” (N. Wilson, “The name Hythlodaeus”, en Moreana, 29, 110 (1992), págs. 33-34). Hitlodeo cumple una función esencial en Utopía, ya que es la bisagra que une la sociedad europea de comienzos del siglo XVI, descrita en el libro I, con la ficticia isla de Utopía, cuyo sistema de gobierno y costumbres refiere y reivindica Hitlodeo en el libro II. En cuanto a Pedro Egidio, es trasunto del humanista holandés Pieter Gilles, gran amigo de Erasmo de Rotterdam (P.G. Bietenholz & T.B. Deutscher, Contemporaries of Erasmus: a biographical register of the Renaissance and Reformation, vol. 2, F-M, Toronto & London, University of Toronto Press, 1986, págs. 99-101). Tomás Moro conoció a Giles en la estancia diplomática en representación del rey Enrique VIII que Moro realizó en los Países Bajos, en la segunda mitad de 1515, y durante la cual comenzó a componer Utopía (Thomas More, Complete works of St. Thomas More, vol. 4, Utopia, E. Surtz & J.H. Hexter (eds.) New Haven and London, Yale University Press, 1965, págs. xv-xxiii). En cuanto al personaje homónimo de Tomás Moro, el escritor inglés se representó a sí mismo en Utopía como un hombre muy ocupado a causa de sus obligaciones familiares y de su trabajo como jurista y diplomático, sin tiempo apenas para dedicarse a la escritura (véase la epístola preliminar de Tomás Moro a Peter Giles, Ms. II/1087, fols. 2r-3v). El personaje de Tomás Moro discute en el libro I con Rafael Hitlodeo acerca de una cuestión de gran importancia para la interpretación de toda la obra: si el hombre sabio debe participar o no en política. Sobre este asunto, véase Q. Skinner, “Thomas More’s Utopia and the virtue of true nobility”, en Vision of Politics, vol. 2, Cambridge, Cambridge University Press, págs. 213-243.
[6]
El único pasaje que se mantiene en latín, quizá para dar mayor verosimilitud al traslado, es un refrán que, según Pedro Egidio, Rafael Hitlodeo “siempre trae en la boca” y cuya traducción al castellano se ofrece tras la transcripción latina del mismo (Ms. II/1087, fol. 4v). Resulta pertinente señalar que el traductor deja sin traducir dos breves fragmentos escritos en griego en el original latino de Utopía, circunstancia que probablemente indique que desconocía dicha lengua (en los fols. 3r y 31r).
[7]
Digitalizado por la BNE: http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000137643
[8]
Digitalizado por la BNE: http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000174063
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