[1]
La forma que combina el nombre real y el pseudónimo (Leopoldo Alas “Clarín”) resulta habitual. Así reza en varias ediciones modernas de sus obras, donde el pseudónimo adquiere un carácter de apellido. Así aparece, por ejemplo, en La Regenta, edición de Gonzalo Sobejano, para Castalia (1981).
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Forma abreviada que se utilizó en los recopilatorios modernos.
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Además de escribir con maestría en diversos géneros literarios (cuento y novela, fundamentalmente), Clarín escribió numerosas críticas literarias y artículos periodísticos en los principales diarios y revistas de su época. También logró tres cátedras universitarias: la de Economía Política y Estadística en Salamanca y las de Derecho Natural y Derecho Romano en Oviedo.
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El diálogo se publicó el 22 de agosto de 1899, incluido en el número XXXI de la revista La Ilustración Española y Americana.
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El tema central del diálogo es la irremediable adicción al juego de Jorge, problema que ambos interlocutores abordan a través de diferentes propuestas filosóficas (Gross, Montaigne, Kant, Renan, Carlyle, Boutroux…). Con bastante seguridad, la elección del tema del juego fue un recurso del que se sirvió Clarín para llevar a cabo una suerte de reseña crítica sobre el panorama filosófico de aquel momento. Esto resulta especialmente interesante si se considera que en ese mismo año, 1899, se publicó la obra Die Spiele der Menschen (Los juegos de los hombres) de Karl Gross, a la que Clarín se refiere en varios momentos de su diálogo.
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A través de los postulados filosóficos, los interlocutores abordan también temas ligados con el papel que cumplen los juegos de azar en la sociedad y cómo el ser humano posee, aunque trate de rechazarla, una inclinación natural al juego. La profundidad del tema se relaja a través del humor y el desenfado que destilan las intervenciones de la pareja de amigos. Para defender sus hipótesis se apoyan en otras autoridades como la obra Prehistoria de los indoeuropeos de Ihering, la Teoría de la energía sobrante de Spencer o el propio diccionario académico, obra que tampoco escapa de la mordacidad del autor de La Regenta. En las veces que lo menciona, Clarín ridiculiza aquellos finos tintes de moralidad que poblaban el Diccionario de la Real Academia en la época.
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La principal característica identificadora de Jorge es su adicción al juego, que su interlocutor y amigo trata de enmendar. Ambos interlocutores son amigos.
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Aunque el personaje sin nombre es el que muestra una mayor cultura filosófica, el personaje de Jorge conoce todas las teorías que le plantea su interlocutor y es capaz de contraargumentar sobre ellas con humor y con profundidad.
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Los ejemplares de esta biblioteca están reproducidos digitalmente en la Biblioteca Digital del Instituto de Historia del CSIC, integrada dentro de la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes.
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Hay ejemplar digitalizado en la Biblioteca Digital Hispánica (7/117317).
[11]
Con un estudio preliminar de Gonzalo Sobejano.
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