[1]
Francisco de Hermosilla obtuvo el grado de doctor por la Universidad de Roma el 28 de mayo de 1565. Antes de 1570, volvió a España y comenzó a ejercer como secretario de don Pedro de Zúñiga y Avellaneda, tercer hijo de Francisco de Zúñiga y Avellaneda, III conde de Miranda del Castañar, y de doña María Enríquez de Cárdenas, prior de Aracena y abad de San Isidro de León desde 1574. Fue beneficiado de la Iglesia de San Cosme en Burgos y asistió en 1570 a las fiestas que la ciudad organizó en honor de la princesa doña Ana de Austria, que se dirigía a Madrid para casarse con Felipe II. Entre el verano y el otoño de 1572, se mueve entre Sevilla y Sanlúcar de Barrameda con el intento de publicar un libro dedicado a don Alonso Pérez de Guzmán, duque de Medina Sidonia. Tanto el manuscrito Add. 16176 de la BL como el Mss. 3834 de la BNE fueron recopilados por el propio Hermosilla, que reunió cartas y documentos del entorno de los condes de Miranda y puso en ambas colecciones el escudo de esta noble familia.
[2]
La documentación relativa a su doctorado lo presenta como «Franciscus de Hermosilla, clericus palentinensis diocesis» (Archivio di Stato, Roma, Reg. 229, Registrum doctorum et decretorum (1565-1570), fol. 3r).
[3]
Doña Juana Cortés Enríquez de Ribera († 1635), nieta del conquistador Hernán Cortés, casó con don Pedro Fernández de Córdoba y Figueroa (1563-1606), IV marqués de Priego, el 22 de julio de 1587 en la ciudad de Sevilla. El texto sería un homenaje para la celebración de estas bodas.
[4]
1587 es el año en que se celebró la boda de doña Juana Cortés Enríquez de Ribera con don Pedro Fernández de Córdoba.
[5]
En el texto se contrasta el amor cortés con la doctrina ovidiana sobre el amor. El amor cortés aparece caracterizado en el diálogo por la distancia insalvable entre el enamorado y la dama, que da lugar al timor amoris como tema central y que se manifiesta externamente por medio del temblor y del silencio, otro tópico que enlaza a su vez con el secretum amoris. La doctrina ovidiana se refleja en la idea de la militia amoris, la recomendación del envío de cartas a la amada o la existencia del deseo femenino como primer aliado del amante.
[6]
El texto se cierra con la siguiente anotación: «Mote de doña Juana Cortés, cuando se casó: Puse fin a mis cuidados», indicando, al parecer, que el matrimonio resolvió sus cuidados o preocupaciones amorosas. Sevilla se presenta, además, como ciudad de referencia, donde se celebran las bodas y donde asisten con frecuencia por esos años don Pedro de Zúñiga y Francisco de Hermosilla, tal como se sigue de sus epistolarios. Los vínculos con la casa de Zúñiga refuerzan la propuesta, en la que el matrimonio se presenta para la dama, según cabe deducir de la divisa, como el remedio para sus preocupaciones.
[7]
El tema del diálogo es la tristeza melancólica que el amor produce y que puede conducir al amante a la sinrazón.
[8]
La mujer aparece como fondo de un diálogo en el que se plantea la capacidad femenina para sentir, recibir o expresar amor.
[9]
La trama se inserta en un levísimo marco pastoril, apenas apuntado en la intervención con que Afronio inicia la obra: «Quiero en este valle triste y solo llorar mi desventura».
[10]
Afronio aparece identificado en varias ocasiones como enfermo de amor, con los síntomas propios de la melancolía y el amor hereos, característicos de la cultura tardomedieval.
[11]
El nombre de Afronio remite al verbo griego 'afronéo', que significa ‘estar falto de juicio’; mientras que Sofisto debe su etimología al sustantivo 'sofistés' en su sentido original de ‘sabio’ o ‘filósofo’. A pesar de esta caracterización, Sofisto no tiene más preponderancia en la acción que Afronio y el debate termina sin que este acepte las enseñanzas de su amigo.
[12]
Ambos personajes, amigos y confidentes, muestran en el diálogo una amplia instrucción humanística en materia de amores, tal como corresponde al trasfondo cortesano en el que debe enmarcarse la obra.
[13]
Se ha tenido en cuenta la descripción general que Gayangos. Mss. in Spanish language in BL, II, págs. 240-255 hace del manuscrito.
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