Notas |
[1]
La bibliografía secundaria lo cita indistintamente como Vera y Figueroa o como Vera y Zúñiga. Según el catálogo de autoridades de la BNE el nombre normalizado es el primero, y también el más frecuente. Solo Tamayo de Vargas en su “Junta de libros” lo recoge como Juan de Vera Vargas y Zúñiga. Es Conde de la Roca desde 1628 y, como consta en el título de esta y otras obras, Comendador de la Barra en la Orden de Santiago, Señor de las villas de Sierra brava y San Lorenzo. Aparte de autor bien conocido de varias obras en verso y prosa, escribió con varios pseudónimos (pero nunca el texto de El Embaxador), como máscara de diversas supercherías y falsificaciones. Por ejemplo, usó el pseudónimo “Pedro Fernández Folgoso” para un texto de autobombo genealógico falsificado: “Parentescos que tiene Don Juan de Vera y Zúñiga con los Reyes católicos y otros príncipes y grandes señores” (s.l., 1627); “Fabio Franchi Perugino”, en “Esequie poetiche e vero lamento delle Muse Italiane in norte del sign. Lope de Vega” (1636); “Antoniano Vadin”, en la obra en italiano “Il miglior giglio di Francia [Luigi il santo]” (Lyon, 1640), con traducción española en 1655, donde se lee “por Antonio de Lor”. En Italia usó también la máscara literaria “Cavalier Ludovico Zambeccari”. El pseudónimo de “Fernán Gómez” acompañó a su “El Centón epistolario” (Venezia, de fecha insegura entre 1632-1640), célebre obra de falsificación genealogista que reconstruye el ambiente de la corte de Juan II de Castilla y que durante siglos se consideró quinientista. Véase entre otros Fernández-Daza, 1995, pág. 498. Vera fue autor o mecenas de otros diálogos y pasquines, editados en imprentas clandestinas de Venecia dependientes de su propia casa: Cinti 1966, págs. 9 y 26 (y notas 56 a 61): un coloquio en ibid., págs. 81-82, “Multorum Principorum martirologium”, en que al modo de los diálogos de los pasquines hablan diversos países y personalidades en conflicto, muy bien caracterizados.
[2]
El extremeño Vera vivió más de veinte años en Sevilla y, entre otras encargadurías, fue embajador en Saboya en los años 20 y en la república de Venecia en los 30, en misiones difíciles de tiempos poco propicios, en plena guerra de los Treinta años. Desde los primeros años 20 perteneció al círculo estrecho de colaboradores de Olivares y fue protegido de este y muñidor de su aparato de propaganda, junto a otros como Quevedo o Antonio Hurtado de Mendoza. También poeta, fue miembro de la academia sevillana de Juan de Arguijo, con Lope, Rodrigo Caro, Juan de Jáuregui, Fernández de Andrada, Alonso Tello, Francisco de Rioja y Ortiz Melgarejo, Fernando de Ribera y otros. Fue amigo del pintor Francisco Pacheco, protegido del duque de Medina Sidonia y del duque de Béjar, y socio del duque de Sessa a través de su hijo. Sobre su biografía véanse principalmente: Rodríguez Moñino, 1935, págs. 18-31; García Arias, 1950; Cinti, 1966; Ginarte González, 1990; Elliott, 1990, págs. 37-52; Fernández-Daza Álvarez, 1993, I, págs. 15-65, y 1995. Su perfil diplomático resumido en Ochoa Brun, VII, 2006, págs. 389-399; López-Cordón, 2015; Merluzzi, 2016. Su relación con Lope en González de Amezúa, 1941 y 1943, IV, introducción; Entrambasaguas, 1946-1958, I, págs. 465-468 (aunque con errores que subsana Ginarte 1990, pág. 38); Cinti 1962, págs. 609-620; Fernández-Daza Álvarez, 1994, págs. 115-131; Montero, 2012, págs. 16-19; Carreira, 2016, págs. 436-438. Hay abundantes cartas de Vera y Figueroa en el vol. A-88 de la Colección Salazar y Castro de la Real Academia de la Historia. Su relación con Malvezzi en Colomer 2005, págs. 513-534.
[3]
Educación: se trata de la formación o del diseño conceptual del óptimo diplomático, las cualidades, comportamiento, conocimientos, costumbres y virtudes del embajador. El discurso II es el más rico para la teorización de las partes físicas, morales, de linaje, etc. del legado. Junto a ello, se lee un completísimo prontuario de consejos y ejemplos útiles para la práctica diaria del diplomático. Le parece muy importante la educación y formación en disciplinas concretas y en lenguas, junto a la instrucción moral, mental y física del legatario.
[4]
Oficios: Reivindica la diplomacia como actividad especializada y quiere eliminar de ella a eclesiásticos y mercaderes; además del oficio específico de embajador, de atención preferente, se alude a multitud de otros oficios administrativos: jueces, consejeros, servidores de gobernadurías, etc.; los que más le interesan son los gobernadores y el embajador.
[5]
Política: aplicado en particular a cuestiones de filosofía política y a la política práctica del servidor diplomático. La política internacional de los Estados de Europa occidental sirve de ejemplo repetido para teorizar sobre la materia. Venecia sale muy bien parada en su arte de la diplomacia. Destaca el tratamiento de un problema delicado, el grado de licitud o no de la mentira y el disimulo del embajador, abordados en el discurso II. Este discurso (sobre todo ff. 85ss.) teoriza un punto intermedio entre mentira y verdad, hablar y callar en política, y trata con interés de la simulación, la cautela y la prudencia en la política de legados y estados. Se describen también, sobre todo en los discursos III y IV, los organismos más importantes del poder ejecutivo, legislativo y judicial de los principales estados europeos y un panorama de las más notables cortes del momento (pontificia, imperial, monarquías hereditarias francesa e inglesa, república de Venecia y ducado de Saboya), muy útil para el desempeño del oficio a cualquier enviado de cualquier país, pero construido desde el punto de vista de la Monarquía hispánica.
[6]
Agricultura: en las primeras páginas del diálogo, la agricultura forma parte de las disquisiciones que genera la descripción del locus amoenus. También trae de suyo un enjambre de ejemplos de los que se dedicaron a ella.
[7]
Armas y letras: es motivo tanto de conceptualización como de ironías sutiles a propósito de la República de los suizos en IV, 93vto., o de los franceses (ibid., 99).
[8]
Costumbres: de pueblos, embajadores, emisarios, culturas… Incluye algunas recomendaciones sobre el vestido del embajador.
[9]
Fama: es una de las prendas del embajador (en el sentido de buena opinión) y una de las necesidades del rey y el reino (véase discurso II).
[10]
Filosofía moral: es una constante en la obra, tras la teorización de las virtudes y los comportamientos del embajador en el discurso I, pero se trata con especial detenimiento de las virtudes morales del legado en el discurso II.
[11]
Historia: numerosísimos hechos políticos y diplomáticos que marcaron de modo importante la historia de las relaciones culturales y políticas de pueblos o estados son la materia principal de las anécdotas y ejemplos que desgranan los interlocutores para formar su óptimo embajador.
[12]
Naturaleza: es motivo de elogio a la vez que se pergeña el locus amoenus en I y se asocia al estado de salud que trae la vida del campo. Solo se desarrolla en los dos primeros discursos.
[13]
Retórica: es pieza clave de la formación del buen embajador, y el texto le da mucha importancia, tanto a través de discursos, exempla o anécdotas, como a la hora de dar consejos en su arte para escribir cartas diplomáticas o en el arte del discurso. Ludovico incluye uno propio en el discurso IV. La erudición es constante, ya que las “razones y exemplos” son una pieza angular de la forma argumentativa elegida y convierten también al texto en obra de consulta o prontuario para diplomáticos. Los ejemplos, anécdotas, cuentos, citas, etc. se toman de la Biblia, los clásicos o los humanistas modernos, bien escritores de literatura diplomática específica –como Tasso o Levaier, véase como ejemplo f. 14vto.– o autores de literatura general, entre los que destaca de modo especial Justo Lipsio (“De constantia” y “Politica”).
[14]
Varia lección: se introduce de la mano de una multitud de casos y situaciones prácticas en los que se ve envuelto el legado, y ocupa sobre todo el gran caudal de exempla, sentencias, anécdotas y cuentos que pueblan la argumentación, en ambas voces, pero muy intensamente en la de Ludovico.
[15]
Vida de corte y de aldea: se desarrolla sobre todo en el discurso I, a la vez que se describe el locus amoenus.
[16]
Julio, que conoce la vida de la corte y la enojosa pretensión de oficios (f. 5 vto.), vive retirado en su quinta campestre, adonde lo visita Ludovico. La condición noble de ambos se deduce de las posiciones mantenidas y de algunas formas de tratamiento de la conversación. Puede inferirse que Ludovico ha tenido experiencia en un cargo ministerial de embajador, motivo por el cual Julio le pide “que fuésedes formando un embaxador” (I, f. 13) como tema de la plática, algo que harán los dos al alimón. En todo caso, Juan Antonio de Vera teoriza la necesidad de riqueza y fortuna privada floreciente como requisito del embajador, junto al noble origen, apariencia hermosa, edad aconsejada, etc.
[17]
En un diálogo muy erudito es, en cambio, muy raro encontrar una cita en latín (por ej. IV, f. 93vto.) y llamativa la frecuencia con la que el autor incluye versiones castellanas de citas clásicas y a veces de fragmentos de extensión considerable, presentados como traducidos “por un amigo nuestro” (I, ff. 69vto.-71) o fórmulas similares; el manejo oportuno de poemas es otro de los ejemplos de maestría retórica para el buen embajador. Dado que Vera conocía bien el latín y varias lenguas vulgares (al menos francés e italiano) puede verse en ello un acto militante, diplomático, de defensa de la propia lengua, ya que, como dice su texto, el embajador debe hablar en su lengua materna como forma de honrar a su príncipe.
[18]
Vera y Figueroa es el nombre de autor normalizado, pero en la prínceps consta Vera y Zúñiga, que es como el conde de Roca, encandilado por la genealogía, firmó muchas de sus obras.
[19]
Para una posible o hipotética difusión manuscrita desde 1618, véase infra, n. 28. Los cuatro libros, precedidos de sus respectivos epítomes («Sumario. De lo que contiene este discurso»), se dividen en dos partes, dos a dos, también como piezas editoriales, quizás porque aspiraran a poderse vender independientemente. Van unidos por parejas en paginación y al final la «Tabla alfabética de las cosas notables de este libro» de cada una de ambas partes, sin foliar, se redacta también por separado (I y II; III y IV); (sobre las eventuales razones, Vian Herrero 2018 [en prensa] y Vian Herrero 2020a, págs. 620-621; para el análisis material de la secuencia de signaturas de su fórmula colacional véanse infra las descripciones de M. Fernández Valladares).
[20]
Se conserva un número apreciable de ejemplares de la princeps, varios de ellos accesibles en red, y además objeto de los dos facsímiles que se citan abajo; sin embargo no todos los ejemplares que figuran en distintos catálogos al uso (CCPBE, USTC) corresponden realmente a esta edición, pues se mezclan en lista única como si fueran lo mismo 1ª edición sevillana, ed. sevillana contrahecha, supuesta ed. madrileña, facsímil de 1947 y hasta a veces traducciones de época (véanse Vian Herrero 2018, en prensa y Vian Herrero 2020a). El CCPBE (n. 000271996-7) registra otra edición sevillana de 1620 que, según parece, no es completa (“Descripción física: [3], 131, 24 h., 4º”), sino que recogería solo las partes o discursos III y IV, aunque nada aclara al respecto dicho catálogo. Si, a la vista de algún ejemplar, se corroborara, sería una confirmación evidente de que El Embajador se leyó y distribuyó por partes. No obstante, conviene advertir que esa extensión limitada a solo 131 fols. que ofrecen algunos opacs, pudiera deberse a un simple error de colación apresurada, como parece haber sucedido para el ejemplar de la Biblioteca de la Universidad de Oviedo (CEA-201), cuya comprobación agradezco al director de la Biblioteca, Ramón Rodríguez Álvarez, por mediación de Mercedes Fernández Valladares. También el ejemplar de la Biblioteca de Toledo 1-4847, presenta esta misma situación, según ha comprobado amablemente su bibliotecaria Carmen Toribio. En cuanto a los dos ejemplares de la Real Academia de Ciencias Morales y Políticas, solo ha sido posible consultar el 8726, que lleva las cuatro partes; en cambio el otro, con signatura 411, en proceso de localización por reorganización de los depósitos, figura registrado en el topográfico interno de esta biblioteca con una extensión de 131 fols. exclusivamente. (Pueden ampliarse detalles infra, en las descripciones de M. Fernández Valladares; otras eventuales razones de confusión catalográfica en Vian Herrero 2018, en prensa y Vian Herrero 2020a). Hay también que descartar definitivamente la existencia de una edición de 1621 que citaba Nicolás Antonio (probable errata simple por 1620), noticia que pasó luego a otros bibliógrafos. En cambio, Tamayo de Vargas no había cometido ese error, y citaba la ed. de Sevilla, por Francisco de Lyra, 1620, 4ª (Tomás Tamayo de Vargas, Junta de libros, ed. crítica de Belén Álvarez García, Madrid, Universidad de Navarra – Iberoamericana – Vervuert, 2017, pág. 462, s.v. Juan de Vera Vargas y Zúñiga).
[21]
Se trata de una edición contrahecha, cuyo impresor y año ignoramos (a la espera de un análisis tipográfico), edición que destapó Salvá (n. 4035) e hicieron suya Graesse –sin considerarla contrafacta– y Palau –sin indicar el origen de la noticia–. Hasta el momento se confirma la supervivencia de un ejemplar incompleto, uno de los dos conservados en la Biblioteca del Hospital Real de la Universidad de Granada (ejemplar A-001-253 accesible en red), aunque mútilo de la portada y de la estampa calcográfica, así como carente de preliminar alguno; coincide, de todos modos, en cuanto a su composición con las peculiaridades señaladas por Salvá. Véase aquí la descripción de M. Fernández Valladares. Por otra parte, Palau también habla en su primera ed. (1927, vol. VII, pág. 148), de otra edición de 1620, impresa en Madrid, con texto completo, que no ha podido confirmarse. Aunque en apariencia, según el USTC n. 5036910, sobreviven dos ejemplares (el resto de los ahí registrados son referencias erróneas), analizadas sus descripciones catalográficas con la precaución recomendable, me inclino a pensar que es una noticia imaginaria. El ejemplar de Toronto parece corresponder a un testimonio de la princeps, mútilo de portada al que le han asignado los datos de lugar y fecha más tardíos que figuran en los documentos de preliminares (bien tomados de la aprobación civil o de la fe de erratas, firmados en Madrid y en 1620). Esto mismo puede sugerirse para el o los ejemplares de Chile, aunque en este caso podrían corresponder a la edición contrahecha, por constar de 20 hojas finales de tabla. Pero nada puede ser concluyente sin la consulta directa de los ejemplares (véase Vian Herrero 2018 en prensa, n. 65 y Vian Herrero 2020a). Las restantes localizaciones del USTC han de corregirse: los ejemplares de la Biblioteca Marciana y de la Universitätsbibliothek de Tübingen corresponden a la primera edición sevillana según sus respectivos catálogos, y el de la Sächsische Landesbibliothek de Dresden no pertenece a edición española alguna, sino a las traducciones francesa e italiana.
[22]
Cinti (1966, págs. 9, 40, 94, 131) descubrió en el Archivio privato Marcello Andrighetti (hoy Biblioteca Andrighetti Zon Marcello de Venecia) una versión italiana anónima de Le ministre de l’Estat, del Signor de Silhon (véase abajo impresos), de distinto traductor que la impresa italiana de Ziccata (“con dele varianti rispetto a quella dello Ziccata”, ibid, pág. 40), e inédita: traducción “contenuta in busta A1-9e non schedato; appare nel catalogo dell’archivio stesso sotto la voce generica Il ministro di stato tradotto dal francese. È scrittura del XVII secolo; vi appaiono in margine correzioni della stessa mano e segni in ‘sanguinetto’, di ‘a capo’ e sottolineature. Sembrerebbe usata da un editore. Ma non si sa che essa sia stata stampata” (ibid., pág. 40). Sobre Ziccata como pseudónimo véase abajo, nota 29 (final).
[23]
Jean Silhon (159?-1667) conoce muy bien el texto de Vera pero no lo presenta como su traducción, aunque seguramente lo sea de forma encubierta (cuestión aún pendiente de estudio suficientemente detenido): «Il signore de Silhon dimostra profonda conoscenza della storia, della società e della psicologia spagnola. La prima edizione francese è del 1631, secondo il catalogo della Biblioteca Nationale di Parigi, precedente cioè la prima traduzione francese de El embaxador che è dal 1635” (Cinti, 1966, n. 120, pág. 94). Jean Silhon emplea varias páginas de su “Aduertissement” de esta 1ª ed. (todavía con una única “parte”) en justificar ante lectores y ante Richelieu por qué critica al Papado y por qué pone tantos ejemplos españoles: “… puis que cette Nation tient les autres Nations Chrestiennes en perpetuel exercice et qu’elle les oblige toutes d’estre auec elle ou contre elle. La troisièsme [raison] que dautant generallement parlant, elle entend l’art de gouuerner et de commander aux hommes mieux que nulle autre du monde” (“Aduertissement” a la 2ª ed., fº s.n.). Fue obra de muchísimo éxito. Contrariamente a la forma de proceder con la difusión de los textos en Dialogyca BDDH, esta vez no se desglosa cada una de las traducciones francesas e italianas en campos distintos que den cuenta de cada reedición específica. El motivo es que los datos disponibles son aún inseguros y solo serán fiables tras un trabajo concienzudo y largo, propio de una tesis doctoral pendiente.
[24]
Para la 1ª ed. véase: https://catalogue.bnf.fr/ark:/12148/cb31366995q La historia editorial de este texto es la de un verdadero “work in progress” y un enorme éxito de imprenta. Otras eds. de esta “Première partie” que constan en el opac de la BnFr, el más fiable de los consultados, son: Le Ministre d'Estat, avec le véritable usage de la politique moderne. 1re partie, par le Sr de Silhon, Paris, T. de Bray, 1633. 2e éd.; Le ministre d'Estat, avec le veritable usage de la politique moderne Seconde edition Par le sieur de Silhon, A Paris, chez Toussainct Du Bray, ruë sainct Jacques aux Epics-meurs. M. DC. XXXIV. Avec privilege du Roy. Un grupo de ellas, a partir de los últimos años 30, se anuncian como “última edición”: Le Ministre d'Estat, avec le véritable usage de la politique moderne. Dernière édition. A Paris, 1639; Le Ministre d'Estat, avec le véritable usage de la politique moderne. 1re partie, par le Sr de Silhon, Leyde, J. Marci, (s. d.); Le Ministre d'Estat, avec le véritable usage de la politique moderne, par le Sr de Silhon, Jouxte la copie impr. à Paris, 1641 [Impr. par les Elzevier à Leyde, d'après Brunet]; Le ministre d'Estat, avec le véritable usage de la politique moderne. Première partie. Par le Sr de Silhon, Troyes, J. Balduc, 1641. Las “últimas eds.” –i.e. que se anuncian como tales– de esta versión de Silhon, son: Le ministre d'Estat, avec le véritable usage de la Politique moderne. Par le sieur de Silhon. Dernière édition, Amsterdam, Antoine Michiels, 1661; otra en 3 vols. en 12º, con idéntico título, de Amsterdam, Antoine Michiels, 1661-1662; y otra más, con el mismo título y también “Dernière édition”, Paris, la Compagnie des libraires du Palais, 1665. Véase un primer intento de orden de la difusión del texto de Silhon en Vian Herrero 2020b, págs. 761-763. Sin embargo, desde 1632 hay ampliaciones (modestas, desde luego) que también aspiran a venderse: Histoires remarquables tirées de la seconde partie du Ministre d'Estat, avec un discours des conditions de l'Histoire [“sic”], par le sieur Silhon, Paris, P. Rocolet, 1632, con nota de la BnFr: “Le discours annoncé au titre est constitué par l'épître dédicatoire : "À M. le président de Memes"”. Y novedades igual de relativas en 1641: Le Ministre d'Estat, avec le véritable usage de la politique moderne, par le sieur de Silhon. 3e édition... augmentée de la Relation du conclave de Clément VIII... Paris, J. Du Bray, 1642; y, con el mismo reclamo publicitario en el título, el mismo impresor Du Bray repite en 1655. Quizás el reclamo se deba a que la obra ya tiene no solo la competencia de la traducción de Lancelot, sino de veras una ampliación importante: la “Segunda parte”, que se hizo esperar hasta 1643, ya como se aprecia con diferente título que la primera ed. de 1631. Consta así en el opac de la BnFr: Le Ministre d'Estat, avec le véritable usage de la politique moderne. 2e partie, par Silhon, Leyde, J. Marci, 1643; Le Ministre d'Estat, avec le véritable usage de la politique moderne. 2e partie, par Silhon, Jouxte la copie, impr. à Paris, 1643 [pero “Impr. par les Elzevier à Leyde, d'après Brunet”]; Le Ministre d'Estat, avec le véritable usage de la politique moderne. 2e partie, par Silhon, Paris, P. Rocolet, 1643. Y con muy diferente subtítulo: Le parfait ministre d'Estat, traitant du conseil du prince. Soit en guerre, ou en paix. Suivant les maximes de la politique moderne, A Paris, chez Estienne Loyson, au Palais, à l'entrée de la galerie des prisonniers, au nom de Jesus. M. DC. LXIV. Avec privilege du Roy. En un aviso al lector el autor “donne la seconde partie du Ministre d'Estat... promise il y a long-temps”. La tercera parte también se anuncia con nuevo título y subtítulo: Le ministre d'Estat, troisième partie. De la certitude des connaissances humaines... par le sieur de Silhon..., Amsterdam, A. Michiels, 1662; De la Certitude des connaissances humaines, où sont particulièrement expliquez les principes et les fondemens de la morale et de la politique, avec des observations sur la manière de raisonner par l'assemblage de plusieurs moyens... par le Sr de Silhon,... 1re partie, Paris, Impr. royale, 1661, con nota de la BnFr: “Cet ouvrage constitue la 3e partie du Ministre d'Estat”.
[25]
El CCPBE, n. 000377674-3, registra varias ediciones parisinas, pero a partir de la 2ª de 1634: “Silhon, Jean de. Le ministre de l’estat: avec le veritable usage de la politique moderne par le Sieur de Silhon. 2e. éd. A Paris: chez Toussainct du Bray, 1634. Descripción física: [24], 499, [8] p. ; 4º. Notas: Sign.: ~a-~i4, A-Z4, 2A-2Z4, 3A-3Q4, 3R2, 3S4. Port. con grab. xil.”. En la BnFr la 2ª ed. es anterior de un año: Paris, T. de Bray, 1633 (introducida recientemente en Gallica para leer en red: 25/12/2016). Restantes ediciones en el CCPBE son: Paris : [s. n.], 1641; Paris : [s.n.], 1648 y Paris: [s. n.], 1648; Paris : [s. n.], 1651; Paris: par la Compagnie des Libraires du Palais, 1665. También en Holanda: Leyde: Chez Iacob Mari, 1643 (CCPBE, n. 000050947-7). Una última edición holandesa solo de la “tercera parte”, en CCPBE, n. 001074398-7: «Silhon, Jean de. Le ministre de l’estat, troisieme partie: De la certitude des connoissances humaines … par le Sieur de Silhon. A Amsterdami : chez Antoine Michiels, 1662. Descripción física: [24], 488, [9] p. ; 12º. Notas: Sign.: *12, A-V12, X8. Port. con grab. xil.”.
[26]
No figura explícito el nombre del autor.
[27]
El traductor Lancelot configura su versión en tres partes y reconoce traducir un original español en el título ampliado: "Le parfait ambassadeur divisé en trois parties composé en espagnol par don Antonio de Vera & de Cuñiga, commandeur en l’ordre de S. Iacques, ... Et traduit en françois par le sieur Lancelot Nicolas..." (Palau y Dulcet, 1927: VII, 148). No es así en algunas reediciones, donde Lancelot reconoce trasladar un original español pero no se incluye el nombre del autor, como la ed. de Gante 1642 que se cita en la nota siguiente. Sobre la difusión de la versión de Lancelot véase Vian Herrero 2020b, págs. 763-764. Es asunto que merece mayor estudio, no sencillo por la abundancia de reediciones y de ejemplares conservados pero mal catalogados.
[28]
El texto de El Embajador, según Cinti (1966), se había difundido manuscrito desde 1618 en los círculos literarios españoles y flamencos, aunque no hay, que se sepa, rastro catalográfico (Vian Herrero 2020b, pág. 761). Esta traducción francesa del señor de Lancelot, con tres tablas de materias al final, se reedita con éxito, siempre en 3 partes, en Paris, [s.n.], 1642 (Palau, XXVI, n. 358985; CCPBE, 001068657-6; USTC, n. 1020197 y USTC, n. 6042226) y Leiden, [s.n.] Théodore Haak, 1709 (Palau XXVI, n. 358986). De la ed. de 1642, digitalizada por la Universidad de Gante, conserva la BnFr texto en siete microfichas: https://catalogue.bnf.fr/ark:/12148/cb37256638h. De la de 1709 hay ejemplar en la BNE digitalizado en BDH: http://bdh.bne.es/bnesearch/detalle/bdh0000221072. Sobre este traslado de Lancelot véase Vian Herrero 2020b, págs. 763-764.
[29]
Es una traducción abreviada y libre, sin los libros III ni IV, proscrita en la Venecia profrancesa apenas salida de la imprenta. Ziccata trabajó a partir del texto francés de Le ministre de l’Estat del señor de Silhon (1631). Según Bruna Cinti no ha de confundirse con la traducción italiana manuscrita anónima reseñada arriba (cf. nota 22). Muzio Ziccata es pseudónimo del veneciano Matteo Zuccati, traductor de tratados políticos franceses: Merluzzi (2016, § 34). Un panorama de conjunto sobre las versiones italianas en Vian Herrero 2020b, págs. 764-765.
[30]
Esta ed. es hoy rara. B. Cinti (1966, pág. 40), la vio en la Biblioteca Querini-Stampalia de Venecia (I C.1049), no nombrada por otros bibliógrafos, también citada en el catálogo de la Biblioteca de San Francesco della Vigna. En el opac de la BnFr figura: Il Ministro di stato, con il vero uso della Politica moderna, del signor de Silhon transportato del Francese per Mutio Ziccatta, Venetia, M. Ginammi, 1689-1644 (sic), lo que me parece error evidente por 1639-1644. Hay constancia de que esta ed. de 1639 fue reeditada en 1647 –no 1646–, también por Ginammi, reedición de la que aparentemente no queda rastro (Cinti, 1966, págs. 40-42 y 131-133). Aunque sin huella actual, se sabe que existió en el fondo "Reformatori dello Studio di Padova" del Archivio di stato de Venezia (busta 375-b: «Liste di libri stampati veneti e da stamparsi con o senza privilegio»), y consta que se publicó “con licenza dei superiori e privilegio" (ibid. 40 y 94, n. 124). Palau (XXVI, n. 358987) ya excluía una de ed. de 1646 que citaba Toda “sin haber visto ejemplar”. Sin embargo, todavía la menciona Martino (1993, pág. 208), que aumenta el error, pues no solo desconoce que Palau ya descartaba su existencia, sino que identifica por esta vez con ligereza la ed. supuesta de 1646 con la de 1649. Por su parte el ICCU (IT\ICCU\RLZE\027043) registra con fecha laxa un Il ministro di stato: con il vero vso della politica moderna / del signor de Silhon; trasportato dal francese per Mutio Ziccata, Venezia, presso Marco Ginammi, 1644-1647, que hoy custodia la Biblioteca Giovardiana.
[31]
Solo se conocen ejemplares de esta edición de 1649. En la Biblioteca Nazionale Marziana (C 209C 136) se conserva la ed. de 1649, Il perfetto ambasciatore trasportato dall’idioma spagnolo, & francese nell’italiano. Per Mutio Ziccata. Opera politico-historica. All’illutrissimo signor. ... Vmberto Gioanni Zernin barone di Chudeniz, &c.). La edición, presentada como anónima, reproduce el título de la francesa de 1635, quizás a expensas del traductor, Muzio Ziccata, como propone Merluzzi (2016, § 34), pues aparentemente G. Wiffeldick o Wuffeldick no estampó más obras. El mismo investigador (ibid., §§ 35 y 36) aclara la identidad del importante joven bohemio dedicatario de la traducción, Umberto Gioanni Zernin y cómo el traductor sigue más el texto francés del señor de Silhon que el español, pese a lo declarado en el título. Sobre la base de la traducción de Ziccata, se hizo también en 1674 una falsificación con nombre de Desiderio Castiglione (Cinti, 1966, págs. 131-132). Como se puede apreciar, las diferentes traducciones francesas e italianas no se comportan de modo uniforme, aunque la más importante parece ser la primera francesa. Ha de insistirse en que la relación entre todas las traducciones es tema por estudiar. Solo Pineda (2015, págs. 494-495) ha analizado un detalle comparado de interés, la distinta forma de proceder con el «cuadernillo» de Vera: la ed. francesa de 1642 (y sus descendientes) lo mantiene –pero es ya un episodio muy tardío de las versiones francesas– y lo distingue con título propio, lugar separado y juegos con la tipografía. La italiana de 1649 lo elimina. Habría que confirmar que la tabla no estaba realmente en la 1ª ed. de la versión de Lancelot (1635): véase arriba, n. 28.
[32]
[Jesús Gironés imp.]. Es edición facsímil de la princeps de Sevilla, Francisco de Lyra, 1620.
[33]
La edición es un simple facsímil sin estudio ni indicación de ningún tipo, prescindible en la era digital, ya que puede leerse en línea (con los mismos errores de digitalización que el ejemplar en red de la Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla, al que le faltan los ff. 31vto-32).
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