[1]
Duquesa Laureana, Marianela, Raquel, Honorine, Gabriel Luisa y Condesa de C****, citados por M. C. Simón Palmer (1991, pág. 130).
[2]
C. Ramírez Gómez (2000, pág. 88) añade a la lista de Simón Palmer (1991) estos tres pseudónimos: Isabel León, León de Lara, Perico [el] de los Palotes, este último registrado por A. López de Zuazo Algar (1981, pág. 464).
[3]
La fecha de nacimiento de Carmen de Burgos ha sido objeto de polémica, hasta que C. Núñez Rey (1992) documenta una partida de bautismo con fecha 12 de diciembre de 1867. Más adelante, P. Castañeda (1994) en el expediente de maestra de la autora localiza su partida de nacimiento con fecha 10 de diciembre de 1867.
[4]
Según C. Núñez Rey, Carmen de Burgos muere el 8 de octubre y es enterrada al día siguiente, 9 de octubre, como indica la prensa contemporánea. La confusión (otros autores dan el 9 de octubre como fecha de su muerte) puede provenir de la inseguridad en la hora de la muerte (al principio de la noche del 8 al 9).
[5]
También existe cierta confusión en torno al lugar de nacimiento de C. de Burgos. Aunque la mayoría de los autores (M. C. Simón Palmer, C. Ramírez Gómez, Enciclopedia general de Andalucía) la dan por nacida en Rodalquilar, tanto la partida de nacimiento como la de bautismo están expedidas en Almería. Incluso P. Castañeda (1994) indica el nombre de la calle almeriense (c/ Mariana) donde supuestamente nació Carmen de Burgos.
[6]
Aunque el ejemplar consultado en la Biblioteca Nacional no está fechado, en todos los textos consultados donde figuran las obras de C. de Burgos se fecha dicha edición en 1911 (véase, por ejemplo, M. C. Simón Palmer, 1991, C. Ramírez Gómez, 2000, C. Núñez Rey, 2005). Por otra parte, las dos reseñas localizadas en la prensa llevan las fechas de mayo y agosto de 1911.
[7]
Desarrolla el opósito ley natural y ley social, y alude al divorcio, preocupación de la autora en la realidad, que asumió el compromiso de luchar por la ley del divorcio en España.
[8]
Critica la hipocresía de sociedad y estado, que niegan la educación a sectores marginales, como las prostitutas, y se escandalizan -en términos de moral religiosa- de un tráfico que toleran y explotan; reflexiona sobre la educación de los hijos.
[9]
La Cortesana difunta ejerce como defensora de los marginados sociales acusados de conductas consideradas impropias por la moral que su interlocutora personifica.
[10]
La Madre representa la sociedad tradicional y sus costumbres, así como el tipo de moral y la noción de pecado contra los que la cortesana dirige sus críticas.
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