Notas |
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El título es un guiño a la conocida afirmación de Erik Satie, “Je m’appelle Erik Satie, comme tout le monde” (pág. 6). Dicha afirmación se puede encontrar en una recopilación de los numerosos papeles que dejó a su muerte el compositor francés, elaborada por Ornella Volta: Erik Satie, Écrits, Paris, Éditions Champ Libre, 1977.
[2]
Es el pseudónimo que usa el autor para los primeros poemas, recogidos en la antología “Algunos poetas en Barcelona”, publicada por la editorial La cloaca en 1978, en la que, entre otros, figuran Roberto Bolaño y Bruno Montané.
[3]
“Obviamente, para Enrique Vila-Matas”. La dedicatoria podría perfectamente formar parte del juego conceptual del texto. En tanto que Enrique Vila-Matas se llama así “como todo el mundo”, el libro podría estar dedicado a todos y a nadie, según se entienda el sentido del título: como una extensión del propio Vila-Matas por todos sus desdoblamientos narrativos (para Vila-Matas); como una referencia al planteamiento de la película de 1999 Being John Malkovich (págs. 21 y 47), con guión de Charlie Kaufman, en la que cualquiera puede convertirse en Malkovich, del mismo modo que en el diálogo cualquiera podría convertirse en Vila-Matas (para todos); o como la imposibilidad de fijar una identidad que se nos escapa mientras la buscamos, con lo que “como todo el mundo” se diría en un sentido relativista y desesperanzado, un “y esto no significa nada” (para nadie).
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“Mejor que cien ensayos que trataran de explicar lo que escribo”, dice el propio Vila-Matas del diálogo de Porta en el fajín de la primera edición. El diálogo encara los planteamientos ficcionales de la escritura de Vila-Matas, cuya obra es una perpetua reflexión sobre la literatura que se desarrolla, publicación tras publicación, en una serie no acabada de variantes metaficcionales. Como vemos, el diálogo se sigue manifestando como un medio adecuado para la exposición didáctica, y Porta aprovecha los recursos del género para explicar cómo es el estilo de Vila-Matas al tiempo que lo practica. Así, el diálogo confunde planos narrativos, introduce unas obras dentro de otras, de modo que son al mismo tiempo ficticias y reales, en un juego de espejos muy complejo y enrevesado que termina por despistar al lector, quien queda enredado en una maraña de recuerdos, citas e invenciones. Por poner un ejemplo: el diálogo se supone conversación entre Vila-Matas y Porta con motivo de una obra de teatro alternativo a la que Vila-Matas ha sido invitado como actor; pero, al mismo tiempo, Vila-Matas no llega a actuar en esa obra, sino en otra en la que finge escribir otra obra de teatro distinta, y ambas parecen ser el propio diálogo, que es al mismo tiempo tres conversaciones: conversación entre Vila-Matas y Porta, conversación de dos personajes que están en escena mientras Vila-Matas escribe el texto y conversación imaginada por Vila-Matas consigo mismo, texto de la obra de teatro. Por supuesto, la propuesta del autor no es la de desenmarañar un ovillo del que el ejemplo anterior es solo una hebra, objetivo inútil, sino perderse en él, disfrutando de la lectura y reflexionando sobre el proceso de escritura: “Pero, ¿hace falta entender algo?” (pág. 15).
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En la contracubierta, la editorial reseña: “16 de enero de 2014. Enrique Vila-Matas anuncia a Porta que ha sido invitado a participar como actor en un teatro alternativo de Broadway. Sin embargo, el alma del proyecto, una mujer llamada Allison, ha desaparecido, y ni Vila-Matas ni su amigo neoyorquino Eduardo Lago consiguen dar con ella. Al despedirse, ambos fantasean, enfrascados en un diálogo cada vez más absurdo, sobre la posibilidad de que el desvarío relacionado con la obra acabe plasmado en dos textos, titulados 'Buscando a Allison' y 'Off Off Off Broadway'. Ya en casa, Porta escribe una obra paródica sobre la conversación. Considera mandársela a Vila-Matas pero no lo hace. Así nace 'Me llamo Vila-Matas, como todo el mundo', un diálogo que, fiel al absurdo en que surgió, acercará al lector al personal mundo de Enrique Vila-Matas.” Dado que el autor está escribiendo al estilo de Vila-Matas y que este se caracteriza por disolver cuanto puede las relaciones entre realidad y ficción, mezclando la anécdota, la cita y la ocurrencia de modo que el lector nunca llegue a saber si lo que le dan por sucedido es inventado y viceversa, no se puede asegurar que tal conversación tuviera lugar ni que este diálogo sea realmente una parodia de la misma.
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En el diálogo hay dos interlocutores, de eso no hay duda. Ahora bien, debido al inagotable juego de espejos, no está claro en este punto si son dos interlocutores diferentes, o monólogos internos de Vila-Matas o del propio Porta (o todo a la vez): “La grandeza de la ficción. Puedes ser lo uno y lo contrario a la vez” (pág. 22), “No se sabe si escribe él o cualquier otro yo” (pág. 23), “Tú y yo somos la misma cosa” (pág. 69).
[7]
La opción enunciativa del autor renuncia a precisar las marcas de interlocución con nombres explícitos. Dependiendo del nivel narrativo que escojamos hay diferentes opciones de atribución para unas voces que, en principio, son anónimas. Podrían ser Vila-Matas y Porta (si escogemos creer que se trata de una parodia de la conversación que supuestamente tuvieron), cualquiera de los dos (dialogando consigo mismo en un desdoblamiento), los personajes de alguna de las obras de teatro de las cuales parece que el diálogo es texto, ninguno de los anteriores, o todos al mismo tiempo.
[8]
Puesto que se parte de una indefinición buscada, se abren varias posibilidades: al identificar las voces con Vila-Matas y Porta, o con el desdoblamiento monologal de un Vila-Matas ficticio o de un Porta, entonces la categoría adecuada será la de escritores, pero como también puede ser una obra de teatro, hay que contemplar la posibilidad de que sean actores.
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