Repertorios bibliográficos |
Andrés Renales, n. 235-236
Anselmo, n. 1099
[8]
Antonio, N. Vetus, II, pág. 133
Ferreras. Diálogos, n. 20
Gómez, n. 76
Palau, IV, n. 65208
Ruiz Fidalgo. Salamanca, n. 431
Simón Díaz. BLH, XII, n. 4224
OTROS: Biografía eclesiástica completa: vidas de los personajes del Antiguo y Nuevo Testamento, de todos los santos que venera la Iglesia, papas y eclesiásticos célebres por sus virtudes y talentos, en orden alfabético, Madrid, Imprenta y Librería de Eusebio Aguado, Barcelona, imprenta de J. M. de Grau, 1848-1868, 30 Vols., vol. 4, 1851, pág. 395.
Índice inventario de la Biblioteca de Diego Sarmiento de Acuña, conde de Gondomar, Libros tocantes a las cosas divinas, 1623, T. II, f. 36r.
Catalogue des livres de la bibliothèque de feu Don Simon de Santander, secrétaire de Sa Maj. Catholique, par son neveu, Don C. Antonio de La Serna y Santander; tome premier, Bruselas, Lemaire, 1792, n. 908
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Notas |
[1]
El volumen, en última instancia, incluye otros dos textos, no dialogados, la Interpretación del sermón sobre dos versos del Salmo cuarenta y uno de San Juan Crisóstomo y el Tratado contra las herejías de San Vicente de Lérins, indicándose en el propio título que fueron traducidos por el propio autor y que "hazen al propósito del Diálogo", por lo que puede descartarse que se trate de un facticio.
[2]
En Quétif y Echard, 1719-1721, II, págs. 174-175. Debe notarse en primer lugar que la homonimia con San Juan de la Cruz (Juan de Yepes Álvarez), ha engendrado no poca confusión. Otras variantes, aunque frecuentes, son anecdóticas. Así, puede verse que los historiadores franceses de la espiritualidad dominicana han prestado cierta atención al personaje, traduciendo su nombre, "Jean de la Croix", por ejemplo, en Tugwell, 1993.
[3]
Las fechas de nacimiento no son seguras. La primera es propuesta de Hernández, 1990, pág. 70; la segunda, sugerencia de DHGE, XXVI, col. 1446. En ambos casos se trata de deducciones a partir de los datos biográficos que han podido rastrearse, pero sin documentos probatorios.
[4]
Se trata de una suposición de Quétif y Echard, 1719-1721, II, pág. 174.
[5]
De la Provincia de Portugal. En la Orden de Predicadores, al decir de sus cronistas, adquirió cierto renombre por la calidad de sus sermones, algunos de los cuales se han conservado junto a otros que tradujo, cf. sus Treynta y dos sermones en los quales se declaran los mandamientos de la ley, articulos de fe, y sacramentos con otras cosas provechosas, Lisboa, en casa de João Blávio, 1558. Se trata de una traducción de Institutionis christianae praecipuaeque doctrinae summa (Maternum Cholinum & Iacobum Soterem, 1555) de Jacob Schoepper, cura de Dortmund. Los tres últimos sermones son cosecha propia de Juan de la Cruz. Fue reeditado en Alcalá, 1568; y en Madrid, en la oficina de don Benito Cano, 1792, ahora con el título de Declaracion de los mandamientos de la ley, articulos de la fe, sacramentos, y ceremonias de la Iglesia; en treinta y dos sermones; sacados de latín en romance por el R.P.FR. Juan de la Cruz del Orden de Santo Domingo.
[6]
Como cronista, cabe citar la Coronica de la Orden de Predicadores, de su principio y sucesso hasta nuestra edad y de la vida del bien auenturado sancto Domingo su fundador y de los sanctos y varones memorables que en ella florecieron... copilada de historias antiguas por... fray Iuan dela Cruz... dela mesma Orden... Lisboa, Manuel Iuan, 1567.
[7]
Sobre su intenso trabajo de traductor dan cuenta obras como la Historia de la Iglesia que llaman ecclesiastica y tripartita [por Eusebio obispo de Cesarea] ; abreuiada y trasladada de latin en castellano por vn deuoto religioso de la orden de sancto Domingo [Fr. Juan de la Cruz]. Lixboa [sic], Luys Rodriguez, 1541; Coimbra, Juan Álvarez, 1554); Suma de los misterios de la fe cristiana. Compuesta en latín por el muy religioso Padre Fray Francisco Titelmano de la Orden de los Menores, y trasladada en romance por Juan de la Cruz. Añadióse un sermón de San Cipriano, mártir, de la necesidad que los hombres tienen de morir para esfuerzo de los que temen la muerte y consuelo de lo que lloran sus queridos difuntos, y una carta de Eucherío, obispo, del menosprecio del mundo. Salamanca, Andrea de Portonaris, 1555.
[8]
Anselmo registra una edición de Lisboa, en 1555, sin otras indicaciones tipográficas. Aunque no puede descartarse por completo su existencia, todo parece indicar que se trata de una noticia poco fiable. Mira Gómez de Mercado, 2012, págs. 252-253, ha rastreado sin éxito este ejemplar.
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