Variantes del título |
Paradoxas
Las paradoxas
Las paradojas de Juan de Valverde y Arrieta, donde se trata la causa por que vino el imperio romano a tanta alteza y grandeza, que fue la mayor monarquía del mundo, señoreando de oriente a poniente, y la razón por que se ha ido perdiendo, usurpando los infieles y herejes, y los reyes cristianos están pobres, necesitados y sus cuidades (sic), villas y lugares enajenadas, apartadas de la corona real y vasallos, y cada día crecen las necesidades y el pueblo está obligado de pechar este daño, y el remedio bastante para todo, compuesto por el Bachiller Juan de Valverde Arrieta en diálogos.
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Manuscritos |
Código: 1 Autor: Valverde Arrieta, Juan de Título: Las paradoxas de Juan de Valverde y Arrieta, donde se trata la causa por que vino el imperio romano a tanta alteza y grandeza, que fue la mayor monarquía del mundo, señoreando de oriente a poniente, y la razón por que se ha ido perdiendo, usurpando los infieles y herejes, y los reyes cristianos están pobres, necesitados y sus cuidades, villas y lugares enajenadas, apartadas de la corona real y vasallos, y cada día crecen las necesidades y el pueblo está obligado de pechar este daño, y el remedio bastante para todo, compuesto por el Bachiller Juan de Valverde Arrieta en diálogos. Datación: 1583 Copia: Salamanca. Universitaria. Mss. 2104 Descripción: Elaborada por Alejandro Cantarero de Salazar
[BDDH236DM1v1 - 232KB]
Reproducción digital:
[BDDH236M1 - 3.49MB]
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Notas |
[1]
Este dato se extrae del propio manuscrito de Paradoxas: “Acabose la presente obra dia de Sanct Francisco, año de mill y quinientos y ochenta y tres, por el bachiller Juan de Valverde Arrieta, natural de Victoria” (fol. 195v).
[2]
Fue bachiller por Salamanca. Baltasar Cuart Moner, «La oposición a Felipe II. Arbitrismo fiscal y arbitrismo político en Paradoxas de Juan Valverde y Arrieta», en Felipe II y el Mediterráneo. Los recursos humanos y materiales, al cuidado de Ernest Belenguyer Cebrià, Madrid, Sociedad estatal para la conmemoración de los centenarios de Felipe II y Carlos V, 1999, pág. 506, piensa que pudo serlo en cánones y teología, a juzgar por los conocimientos que exhibe en sus dos obras. La condición de clérigo se afirma en: Actas de las Cortes de Castilla. T. VII. Contiene las actas de las Cortes que se juntaron en Madrid el año 1783 y se alzaron en el 1585. Publicadas por acuerdo del Congreso de los Diputados a propuesta de su Comisión de Gobierno Interior, Madrid, Imprenta del Banco Industrial y Mercantil, 1866, pág. 613. Accesible en Hathi Trust: http://catalog.hathitrust.org/Record/009263736
[3]
Valverde pertenece a la corriente que Gutiérrez Nieto denomina "arbitrismo social" –aunque no cita a este autor–, una tendencia del arbitrismo que proponía, para remediar los males, reformas más profundas de las estructuras; hay unos pocos arbitristas que pedirán también la reforma de los mayorazgos, como López Bravo y Gaspar Criales (Juan Ignacio Gutiérrez Nieto, “El pensamiento económico, politico y social de los arbitristas”, en Historia de España Menéndez Pidal. El Siglo del Quijote (1580-1680): Religión, filosofía, ciencia, dir. R. Menéndez Pidal, Madrid, Espasa-Calpe, 1986, págs. 234-351, en pág. 293), a los que se adelanta Valverde Arrieta. Manuel Colmeiro Penido, Biblioteca de los economistas españoles de los siglos XVI, XVII y XVIII (Estudio introductorio y edición anotada de Luis Perdices de Blas y John Reeder), Madrid, Real Academia de Ciencias Morales y Políticas-Instituto de Estudios Fiscales- Fundación ICO, 2005, pág. 131, lo considera un geopónico, aunque muchos lo citan como economista, lo que -como profesión- constituiría un anacronismo. Efectivamente, podemos considerarlo un geopónico por sus reflexiones teóricas en torno a la agricultura. Una de sus tesis defendidas en Diálogos de la fertilidad y abundancia de España es la sustitución de mulas por bueyes como animales de labranza, reduciendo los costes y aumentando la productividad. Para estos diálogos, véase BDDH22.
[4]
Establece una crítica a los mayorazgos y a las leyes de Toro y, en definitiva, a las formas de propiedad de la tierra.
[5]
Obsérvese que los nombres propios del autor y el primer interlocutor son coincidentes. Muchos autores de diálogos emplean su propio nombre en la creación de personajes. Sobre todo, cuando se presentan como expertos en una materia concreta.
[6]
En la primera intervención aparece el nombre latinizado Philipo.
[7]
En ningún momento se explicita que este Felipe sea el rey, pero tanto los asuntos tratados, como el profundo conocimiento de los problemas del gobierno, su interés por obtener de Juan soluciones rápidas y la propia dedicatoria de la obra al monarca (Paradoxas, fol.1), dejan claro que estamos ante Felipe II (véase: Baltasar Cuart Moner, ob. cit. en n. 2, pág. 510).
[8]
Aparece en las citas directas de textos latinos.
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