[1]
El Diálogo de los médicos aparece dividido en dos partes en todas las ediciones. La primera parte lleva un largo encabezamiento que comienza: Diálogo primero, el argumento del qual es introduzir dos caualleros leýdos, que el vno dize mucho mal de médicos y tiene por opinión que no los auía de auer, ni arte de medicina, sino que se curassen los hombres por vso y experiencia, sin maestro conoscido. El otro alaba y defiende la medicina y médicos, como se platica oy... En la segunda parte, en todas las ediciones aparece un encabezado que dice: Segunda parte del Diálogo de los médicos, en que se acaba y concluye el diálogo.
[2]
Se discute sobre la procedencia y legitimidad de las prácticas anatómicas.
[3]
Gaspar y Bernardo hablan de la manera de construir las casas en Sevilla, en contraposición a como se hace en otros lugares.
[4]
Hay nuevas plantas traídas de América, como el palosanto, que se están utilizando en la farmacopea del momento.
[5]
También se alude a ciertas prácticas quirúrgicas, como las sangrías.
[6]
Sevilla es el marco espacial en el que se desenvuelve el diálogo y sobre la ciudad aparecen alusiones más o menos específicas relativas a algunos lugares concretos.
[7]
Gaspar censura los abusos de los galenos, quienes utilizan sus conocimientos médicos como ciencia oculta y complicada con exclusivos fines comerciales, para obtener beneficios económicos.
[8]
Se debate sobre el empleo de una medicación simple y natural o de una farmacopea artificiosa y complicada.
[9]
Algunas alusiones a los profesionales de las ciencias naturales aparecen esporádicamente en el transcurso de la conversación.
[10]
Alusiones frecuentes a personajes históricos y, en particular, se menciona a un contemporáneo: Hernán Núñez el Pinciano y su particular aversión hacia los médicos.
[11]
Las alusiones a las prácticas profesionales de los médicos son constantes.
[12]
Subyace en el diálogo el problema epistemológico, deslindándose ya claramente tres tipos de conocimiento: el basado en las autoridades, el racional y el experimental.
[13]
El tópico de menosprecio de corte y alabanza de aldea subyace en la disputa, pues Gaspar defiende que la vida del campo es más saludable que la de la ciudad.
[14]
Gaspar y Bernardo son dos caballeros instruidos y eruditos, que visitan a un enfermo convaleciente, don Nuño, también perteneciente al patriciado urbano. En la polémica sobre la medicina y los médicos -que se plantea como un litigio judicial-, Gaspar desempeña el papel de fiscal, Bernardo el de defensor y el Maestro Velázquez el de juez. Es frecuente que algunos personajes se repitan en dos o más diálogos de la obra de Mejía.
[15]
El Diálogo de los médicos de Mejía aparece inserto en las págs. 193-255 de la siguiente obra: El mundo engañado por los falsos médicos. Discursos del Dr. Josef Gazola, veronés, médico cesáreo y académico aletófilo. Obra póstuma, traducida fielmente del toscano... Va añadido un diálogo del magnífico caballero Pero Mejía. Con licencia, en Valencia, por Antonio Balle, año de 1733. A costa de Cristóbal Branchat, mercader de libros.
[16]
El diálogo de Mejía está incluido en las págs. 193-251 de la misma obra de Josef Gazola, citada en la nota anterior, publicada en Valencia por Salvador Faulí en 1765.
[17]
Al igual que en los dos casos anteriores, el Diálogo de los médicos de Mejía se encuentra en las págs. 201-258 del libro de Josef Gazola, en la edición de Valencia, Salvador Faulí, 1788.
[18]
Se imprime exento -como puede leerse en el título- la primera pieza de la colección de Mejía: el Diálogo de los médicos.
[19]
Edición de gran formato, que, dada su cuantiosa paginación, debe de contener otras obras.
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